jueves, 26 de noviembre de 2009

Esto es tolerancia

Hola a todos.

En un centro donde cerca del 30% del alumnado es inmigrante (la mayor parte árabe, de religión musulmana) y más del 40% gitano (muchos de los cuáles son evangélicos) es una auténtica gozada ver la escena que esta mañana, y ya van varios cursos, hemos podido contemplar: alumnos de todas las razas y religiones ayudando a la profesora de religión católica a montar el "belén" del instituto.

Todos lo hacen con mucho respeto y, sobre todo, con mucho cariño. Porque están aprendiendo a respetar, comprender y querer al otro con todas sus peculiaridades (también la religiosa). Los alumnos están accediendo a la vida de Mahoma, Jesús y Lutero. Estamos celebrando todos juntos la Navidad y la Fiesta del Cordero (simultáneamente, pues son fiestas próximas en el tiempo). Y es que cuando se intenta tender puentes, buscar lo que nos une y no lo que nos separa, comprender lo que el otro piensa y siente más que defender nuestras ideas... surgen estas iniciativas.

Creo que muchas personas (religiosas, ateas o agnósticas; católicas, evangélicas, ortodoxas o musulmanas; no políticos y, sobre todo, políticos) deberían aprender del Guadalmedia. No somos perfectos, pero estamos consiguiendo un respeto por todas las religiones. Respeto que no se basa en la ocultación del sentimiento religioso y en su reducción al ámbito privado, sino en el conocimiento, comprensión y aceptación de la persona en su integridad, incluida la parte religiosa.

Esperemos que muchos otros centros nos imiten y que desde las aulas demos una lección de tolerancia a nuestra sociedad.

Diego

2 comentarios:

Ana J. dijo...

Comparto tu idea. Lo que espero es que cuando estos chicos salgan a la calle, a "sus" calles, donde quizá no encuentren ni tolerancia, ni respeto, ni interés por sus creencias, puedan utilizar lo aprendido para entender que ellos son los que deberán transformar su propio entorno en un ambiente más habitable. Es su responsabilidad como ciudadanos, y también la nuestra.

Anónimo dijo...

A ver si es posible que nuestros alumnos también sean agentes activos de la transformación de la sociedad, allá por donde se encuentren.
Si esto es así, aunque sepan pocas matemáticas y lengua, habremos cumplido con creces nuestra labor docente.